Hace una década, las predicciones para IoT vieron la conectividad de los sensores en todos los aspectos de nuestras vidas: miles de millones de dispositivos que modifican la naturaleza misma de la interacción de la tecnología con el mundo físico. Una década más tarde, mientras el avance de IoT continúa avanzando a un ritmo saludable, el desarrollo se ha quedado atrás con respecto a las previsiones alcistas de muchos analistas. Un factor importante que sustenta un avance más lento es el costo. Específicamente, el costo necesario para validar nuevos sistemas y aplicaciones en el campo.

El desarrollo de tecnología tradicional en electrónica de consumo o infraestructura de red a menudo sigue una línea clara de innovación, una progresión lógica de ideas respaldada por el concepto central de más: más velocidad; más memoria; más píxeles por pulgada cuadrada; más duración de la batería; Factor de forma más atractivo.

El desarrollo de tecnología tradicional en electrónica de consumo o infraestructura de red a menudo sigue una línea clara de innovación, una progresión lógica de ideas respaldada por el concepto central de más: más velocidad; más memoria; más píxeles por pulgada cuadrada; más duración de la batería; Factor de forma más atractivo.

En la mayoría de los casos, “más” viene con un caso de negocio claro: conjuntos de datos válidos a los que recurrir para evaluar qué clientes pueden comprar su producto y por qué, y una base para predecir los ingresos. Es exactamente este caso de negocios el que sustenta la inversión en los miles de prototipos necesarios para resolver problemas, haciendo que los productos estén realmente listos para la escala.

En IoT, ese modelo se voltea completamente sobre su cabeza. Si bien uno puede apuntar a un sector y crear una hipótesis de que los dispositivos de IoT mejorarán la eficiencia, validar esa hipótesis en el campo es a menudo una tarea inmensa. Comprender los datos exactos para recopilar, los sensores para usar, la red óptima para comunicarse a través de paredes o grandes distancias, y cómo recolectar y administrar la energía en un contexto específico no se puede hacer en un escritorio.

Tal desarrollo requiere una inversión de miles o millones de libras en prototipos: antes de que se conozcan los datos, se valide el mercado e incluso se comprenda la naturaleza exacta de las herramientas necesarias.

Invertir a millones sin un ROI claro o un caso de negocio es difícil de vender en el mejor de los casos, y un no fijo en la mayoría de los casos. Para facilitar verdaderamente el avance, la propuesta de negocio debe cambiar.

La industria está mejor posicionada para liderar este cargo. Con la escala y algunas de las áreas más claras para generar eficiencia, este sector puede innovar e impulsar la demanda en los niveles requeridos para reducir los costos de los sensores y transceptores MEMS, lo que facilita el crecimiento del IoT más amplio.